martes, agosto 15, 2006

La carrera de la muerte del año 2000. Paul Bartel. 1975

Esto es cine divertido por varios motivos. Hay acción, hay interpretaciones caricaturescas y cutres, hay coches, hay velocidad, hay hostias, hay explosiones, hay tías desnudas, hay malos no tan malos, ¡y no hay buenos!, y la muerte es el elemento fundamental de la historia.
En 1975 Roger Corman, ya había pagado la mayoría de la serie B de la época. Incluso se podría decir que continuó financiando y rodando esa serie B chusca que todos conocemos de los 50 e incluso dirigió esas curiosas piezas con Vincent Price, Karloff o Lorre.
El director es un desconocido actorucho que rodó unas cuantas pelis hace décadas, entre ellas también Cannonball, que va de carreras y el prota es David Carradine (también sale Stallone).
Y sobre los actores qué decir. El principal es David Carradine, que aquí hace de una especie de superhéroe malvado vestido como Darth Vader (literal) y que se apoda Frankenstein. Luego está Sylvester Stallone, que empezó en esta película gracias a su talento como piloto. Antes de esto había hecho porno (no he investigado mucho pero es algo bien sabido), en 1968 hace una aparición en Bananas, de Woody Allen (escena antológica haciendo de matón con otro en el metro, donde no tiene ni texto) y después de estas peliculillas le llegaría el éxito con Rocky (1976). Sobre el resto del reparto pues nada, varias tías buenas de la época que salen desnudas en alguna escenilla y algunos actorzuelos mediocres en papeles secundarios.
La historia va de que en el año 2000, en un futuro hipotético, hay en Estados Unidos una carrera de coches que es el deporte nacional por excelencia. En tal carrera participan 5 coches "tuneados" y han de atravesar todo el país de costa a costa en el menor tiempo posible. Y además, con un detalle: atropellar a gente da puntos, valiendo más los bebés y ancianos, que las mujeres y más aún que los hombres jóvenes (¿no debería ser al revés?).
En cada coche va el piloto con su copiloto, y la carrera transcurre por muchísimas aventuras y percances.
Y bueno, mi impresión acerca de todo esto es genial. La película es el argumento del videojuego Carmageddon punto por punto. La estética de los coches es tan... cutre (el equipo A tenía más gusto) que me recuerda a los autos locos. Carradine viene a ser Pierre Nodoyuna. Stallone es una especie de bestia que tuerce la boca y gruñe, y también atropella (quizá aquí se gestó el personaje de Rambo). Y el resto de corredores son un julandrón que ni recuerdo porque muere a la primera de cambio, y dos tías que se odian y no trascienden.
La lucha que mantiene Stallone con Carradine es uno de los juegos de la película, pero hay más, y es que Carradine (Frankenstein) da para más. Por un lado está el rollo con su copiloto (una rubia buenorra) la cual planea joderle la carrera con ayuda de los rebeldes franceses (sí amigos, los que quieren joder la carrera son los franchutes). Por otro lado está su reputación de héroe nacional que vive de atropellar. Y por otro lado un deseo secreto que lo encamina a un destino peculiar.Y es que todo eso, es mucho para un hombre, pero no para un tipo que es en sí mismo el pequeño saltamontes, Frankenstein y Bill. Porque este tío se pone una máscara de Darth Vader (Star Wars es de 1977) para engañar a la peña, no para tapar sus taras como Superman, ¡sino todo lo contrario!
Desborda testosterona de la rancia. De esa que hace carcajearse a los tíos. Quizá porque el parachoques de su coche tiene dientes, y claro, eso te da confianza en tí mismo.
Entiendan una cosa. Es el año 2000. Es el futuro. La gente es nazi. La gente se divierte viendo morir a otros por televisión. El presidente es un ser supremo que vive en China. Y el premio de la carrera es dar la mano a ese ser supremo (que por cierto es un triste calvo). Los franceses quieren democracia y abolir la carrera. El malo es malo porque es mala la sociedad, y por eso no es malo. Y para colmo, su novia le intenta matar todo el rato y él le viene a decir Venga anda... cuántas veces te tengo que perdonar la vida para que follemos.
En serio, es memorable. Es una cima de la serie B. Es imposible no ver en ciertas persecuciones a Spielberg en El diablo sobre ruedas. O ese porno light de los 70, en otras ocasiones. Y todo aderezado con unos estereotipos magistrales. Hasta hay una fan de Frankenstein que se viste de Virgen y se inmola [ver foto de chica con F en la pechera] (Tras atropellarla Frankenstein responde a su copilota que le ha preguntado ¿Por qué ha hecho eso?, con un lacónico Estaba enamorada de mí).
Como curiosidad decir que Corman está financiando para 2008 un proyecto llamado Death Race 3000, que transcurrirá en 2020 (¿imagináis lo que sería atropellar con coches voladores?)


Valoración: 7

miércoles, agosto 09, 2006

Las tres luces. Fritz Lang. 1921

Esta película se llama Der Müde Tod, titulada en inglés Destiny y en español Las tres luces. Es la primera gran película de Fritz Lang y ya aparecen aquí las claves del expresionismo alemán del que Lang sería su cima y Metrópolis la refrencia. Hablo de luces, sombras fantasmagóricas, muros infranqueables, edificios deformados...

La historia dura casi dos horas y se basa en una pareja joven que se detiene en una posada de un pequeño pueblo. Poco antes, se sube a la diligencia un misterioso hombre de negro que da mucho miedo. En la posada, mientras la chica va al servicio, el hombre de negro convence al joven enamorado y se van juntos. A partir de ahí ya nadie vuelve a verlo y la chica comienza a buscar a su novio desesperada. Llega hasta la pared gigantesca (sin puertas) que rodea la finca del hombre de negro, y allí, al observar a un grupo de almas atravesar el muro, tiene lugar su trato con el hombre de negro, que no es otro sino la Muerte.
El trato consiste en conseguir que no se apaguen tres velas (que son las almas de tres amores en otras épocas) y tiene hasta las 11 para cumplirlo. Las épocas y lugares son la India hace cientos de años, un emirato musulman antiguo y un principado renacentista.
Hasta aquí puedo contar.
El uso de recursos visuales se reduce a sombras, encuadres y "apariciones" (esos negativos empalmados, típicos de los años 20). Hay momentos magníficos cada vez que aparece la Muerte, por sus poses, su carisma y su porte. Y si algo destaca en la película es la sencillez del montaje y la grandiosidad de la historia.
Diría que es una simple historia de amor, pero el hecho de que la Muerte en persona juegue un papel crucial, que se viole el tiempo y el espacio yendo a épocas históricas distintas (a modo de reto) y que el desenlace surja de la sencillez del amor (piensen lo que quieran), hace que tras verla te quedes pensando Qué peliculón más sencillo. ¿Por qué? Porque con cuatro planos bien bonitos nos habla del amor, la vida y la muerte, y ante tanta trascendencia no podemos más que abrir la boca asombrados.
Obra maestra.

Valoración: 10

Aaltra. Benoít Delépine y Gustave de Kervern. 2004


Aaltra es un título extraño para una película extraña. Se trata de una peli francesa estrenada aquí este año que debió durar una semana en algún cine de v.o. de Madrid y no más.
Está escrita, dirigida y protagonizada por los dos tipos de la foto, Delépine y de Kervern, que lo poco que han hecho, casi lo han hecho juntos íntegramente. Cabe decir que han vuelto a rodar otra peli llamada Avida, que está fechada en este año.

La película es en blanco y negro retocado digitalmente, con algún que otro negativo y saturaciones varias. Que el blanco y negro es un recurso, estoy de acuerdo, pero hay que tener mucho ojo con esto. Pienso que si el uso de esta técnica se usa para tapar problemas de guión, es como pintar un pedazo de mierda con pan de oro, ahora que si detrás hay chicha, pues adelante con la seriedad del blanco y negro. Y diga que sí, que quedan unos pasajes muy bonitos, de galería de fotos oiga.

Por otro lado, hablaré brevemente de la historia. Se trata aquí de que los dos protagonistas, dos vecinos que se odian por problemas de convivencia, sufren un accidente simultáneo que los deja paralíticos nada más empezar.
Ahí empieza la verdadera historia de dos enemigos que desean la muerte del otro y que a fuerza de convivir y de alguna que otra casualidad van ayudándose mutuamente.
Les pasan multitud de percances, desde robos hasta palizas, y muchas otras cosas que los van uniendo en la invalidez.
Una vez "unidos" empieza una vida de pícaros que no hace mucha gracia la verdad. Son situaciones absurdas, pueriles, que dejan al espectador mirando pasar los silencios entre que un coche les deja en la carretera y otro les recoge.

Y se me olvidaba decir una cosa fundamental, y es que esta película está pagada en parte por Kaurismaki. Dicho esto, ya saben a qué atenerse.

Dura unos 85 minutos y se deja ver; incluso con ése final absurdo que te dices Joder, qué parida. Y aunque hablen de humor negro todas las críticas, no hagan caso, porque el hecho de que los pícaros sean dos inválidos, los cuales son unos cabrones dicho sea de paso, no es relevante para la clase de humor que aquí se plantea. Tal humor es absurdo y simple, sin palabras. Pero no piensen en un humor irónico o cínico, porque es tan parco que no va más allá del suceso (una marea que los aisla, un viejo que mira impasible cómo se llevan el carrito motorizado de su anciana esposa, etc.)

No hablo de que todo lo anterior sea una desventaja, sino digo que se preparen para una sesión de Kaurismaki en francés.
La película es original y se mete en temas que aún hoy son tabú para muchos. Por esa valentía y todo lo anterior, gusta.

Nota: hay un momento freak en el que un finlandés (porque viajan a Finlandia) se pone a cantar en un pub (había un concurso) la canción de Sunny. Mientras eso ocurre, el jurado (una panda de tipos rudos) miran sin pestañear al fulano que se acerca diciéndoles I love you.
Pintas del fulano: una especie de chaqueta mezcla de chándal y americana de cowboy y barriga con forma de pera gigante (giganticus peris). Miren el reno:



Valoración: 6

lunes, agosto 07, 2006

Tarde de perros. Sidney Lumet. 1975

Diría casi sin dudar que todas las películas de robos a bancos tienen como referente esta película.

Ayer mismo volví a ver un pedazo de Operación Swordfish, que ya había visto hace mucho y la estaban poniendo en la tele. Era la escena del robo al banco, cuando los rehenes tienen unos collares bomba adosados al cuello. Instintívamente comparé eso con Tarde de perros. La comparación fue devastadora, claro. Pensé que vaya mierda de robo el de Travolta, que tenía que llevarse a un ejército enterito y usar collares bomba, mientras que el pobre de Pacino, salía él solito y entraba del banco como Pedro por su casa, y además, tenía el apoyo de todos sus secuestrados. Por referirnos a algo más reciente aún, está la de Plan Oculto, de Spike Lee, donde el "hermano" se marca una peli de palomitas que me gustó mucho, y que sin ser gran cosa, me divirtió casi 2 horas y eso, ahora mismo, es muy raro.

Fin del encumbramiento. La peli trata del robo a un banco por parte de tres ladronzuelos, que se quedan en dos nada más sacar las pistolas porque uno huye. Esos dos son Pacino y John Cazale (Fredo en El padrino I y II y Stosh en El cazador), casi nada.
Pero se puede hablar de un único protagonista porque Pacino, un hombre "peculiar" con problemas, que aspira a dar El gran golpe, es un buen tipo, de esos que mira por el bien de todos y de lo cual se da cuenta la gente a poco que le apunten con un arma. Así, a los 10 minutos ya es colega de todo el banco, y a los 20 se granjea la amistad del público congregado fuera en todo el circo mediático que se monta, más que nada porque reparte dinero y dice cosas que nadie se atreve a decir.

Esta película habla de eso, del poder de los medios de comunicación. De la volubilidad de la masa y del sueño americano. Podría decir que la peli es un thriller apasionante pero estaría mintiendo, es un drama sencillo sobre la frustración de un don nadie. Y todo transcurre casi íntegramente en la propia sucursal, una de esas sucursales de banco americanas con su segurata negro achacoso, sus mostradores antiguos y demás clichés setenteros.

Aquí está la prueba de todo lo que digo.

     TV NEWSMAN
But I mean, why do you need to
steal? Couldn't you get a job?

SONNY
Get a job doing what? You gotta be
a member of a union, no union
card - no job. To join the union,
you gotta get the job, but you
don't get the job without the card.

TV NEWSMAN
What about, ah, non-union
occupations?

SONNY
Like what? Bank teller? What do
they get paid -
(now looks over at
girls who offer the
information - $135.37)
... they pay one hundred thirty-
five dollars and thirty-seven cents
to start. I got a wife and kids.
I can't live on that -- You want to
live on that? What do you make a
week?

TV NEWSMAN
(swiftly, evasive)
I'm here to talk to you, Sonny, not
...

SONNY
Wait a minute ... I'm talkin' to
you. I'm askin' you a question ...

TV NEWSMAN
The audience is interested in you,
Sonny ... not me.

SONNY
Yeah! We're hot entertainment,
right? You got me and Sal on TV ...
we're entertainment you sell, right?

TV NEWSMAN
You're news, Sonny ...

SONNY
How much you have to pay an
entertainer to fill this slot?

TV NEWSMAN
Newsman, not ...

SONNY
Okay, newsman. How much you make a
week?
(beat)
You're not talkin'. You payin' me?
What have you got for me? We're
givin' you entertainment ... what
are you givin' us?

TV NEWSMAN
What do you want us to give you?
You want to be paid for ...

SONNY
I don't want to be paid. I'm here
with Sal and eight other people ...
and we're dyin'! They're gonna
blow our guts out, man! You're
gonna see our brains onna sidewalk!
How's that for all you shut-ins and
housewives to look at! You gonna
help, or you just put it on instead
of AS THE WORLD TURNS? We're dyin'
here! What have you got for me?

TV NEWSMAN
You could give up.

SONNY
Oh yeah? Give up? You ever been
in prison?

TV NEWSMAN
Of course not ...

SONNY
Then talk about somethin' you
fuckin' know about ...

At that instant, the TV screen switches to a PLEASE STAND BY
card and we hear an announcer's voice over:

ANNOUNCER (V.O.)
Ladies and gentlemen, our
transmission has been temporarily
interrupted. Please stand by.



Y todo con una tensión y unos descabellos sobre los personajes que a medida que avanza la película te quedas hipnotizado esperando más y más cosas. Y luego acaba y te dices... Me río del sueño americano.



Nota para los que la hayan visto: sobre el secreto que se desvela del personaje de Sonny, casi al final, que rompe la película en dos y da una patada voladora en la boca del espectador, decir que me quito el sombrero ante Lumet por atreverse a pintar a un protagonista sin tabúes ni medias tintas. Chapó.


Valoración: 8

Hard Candy. David Slade. 2005

Hard Candy es una película estrenada hace unos meses que fue muy bien acogida por las taquillas bajo el regusto de cine independiente norteamericano.
Voy directo al asunto. A mí, no me ha gustado. No digo que me parezca mala, pero no me acabó de gustar por lo que ahora comentaré.

Es reseñable la actuación de la chica (Ellen Page), de la cual no sabía nada y que hace un extraño papel de adolescente pija psicópata. El tipo protagonista es Patrick Wilson, uno de los actores de la última versión para cine del fantasma de la ópera (que no he visto).

La historia nos habla de pedofilia, tanto de supuesta como de real, y nos habla de culpa y de castigo. La diferencia con otras películas es que aquí hay una demagogia extrema al llevar al pederasta al extremo de la tortura para mostrárnoslo como víctima, para lo cual se sirve de una adolescente psicópata que trama un plan sádico y extremo. Ahí es donde radica toda la película, en esos 100 minutos de sadismo y repetición. No hay más. Al final se nos presenta una especie de explicación al por qué de los actos, lo que no hace sino ridiculizar la trama.
Hay películas sobre pederastas que hacen dudar de la repugna que tales seres provocan, me viene a la mente Brian Cox en L.I.E., que borda un papel de pederasta en el cual se muestra una vía malévola y otra "tierna" del personaje. Pero éste no es el caso.

Por hablar del comienzo, diré que la película se muestra engañosa porque es capaz de autocriticarse (ver las falsas apariencias en los gustos musicales: Goldfrapp; y la referencia literaria a un libro sobre Jean Seberg), o directamente cuando dicen "esto parece un videoclip". Así, es fácil querer mostrarse distinto, pero artísticamente no va más allá de unos giros de cámara que ocultan la sangre al espectador. Hay barridos de 360º que no muestran más de lo que se veía antes de producirse, (de lo cual se ocupan unos pantallazos rojos a modo de prevenda de la carnaza). ¡Y hasta hay luces estroboscópicas rollo videoclip! Si a esto se le añade una tonalidad azulada o verdosa (pensad en Traffic pero no tanto), tenemos una película modernilla.

Y bueno, cosas buenas tiene, y es que a fuerza de mantener la tensión, de no avanzar, entretiene, porque el público está preparado para una tortura sádica, para abochornarse y esperar lo peor, y es ahí donde radica la tensión. Sin embargo, no hay nada si se piensa bien. Eso sí, repito que es pasable, y mucha gente dirá que pasó un mal rato y que patatín..., porque tiene un fondo interesante pues plantea muchas cosas. Bueno...

Si han visto Audition (en IMDB) esta peli es lo mismo pero cambiando ciertos valores morales por pederastia. La diferencia es que Audition era divertida, había sangre y mutilaciones. Y aquí, lo único que hay es un director que quiere hacer una especie de Funny Games (en IMDB) en plan modernete, y no, no le sale.


Valoración: 5